¿Qué hay en una hoja en blanco? ¿En un folio sin estrenar? ¿Qué hay en un bolígrafo inmóvil? ¿Y en una maquina de escribir polvorienta? ¿Qué hay en un cursor parado cuya única expresión es el parpadeo? ¿Qué hay en una mano que reposa inerte? ¿Y en un lápiz que se resiste a ser afilado? ¿Qué hay en una pluma sin tinta, en un cuaderno inmaculado, en una libreta nunca abierta…?
El recuerdo del infierno blanco y congelado que espera sediento el aliento vital del escritor…